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sábado, 6 de marzo de 2010

The Lovely Bones

Últimamente cubro muchas entradas con críticas de cine. Puesto que suelen ser las buenas películas las que me inspiran hacerlo, supongo que es buena señal, tanto para mí como para el mundo del cine en general. 

Después de gastar mi tiempo y mi dinero en la indescriptíblemente horrorosa Day Breakers (cuando una no elige la película se corren riesgos como este), ayer fui a ver por fin la que había llamado mi atención: The Lovely Bones, dirigida y también co-escrita por nuestro maravilloso Peter Jackson. 
Ahhhh, ¡qué delicia para los sentidos! Después de ver sangrías sin sentido en aquella versión de argumento original y realización morbo-penosa, las imágenes con las que el equipo de Jackson nos deleita en este filme son como un bálsamo para nuestros ojos lastimados. 
No voy a decir que el guión está bien, pues al ser una adaptación más valdría atribuírle el mérito al libro original homónimo, de la autora Alice Sebold. No puedo juzgar si la adaptación es buena o no todavía hasta que tenga el placer de leerlo.
Sin embargo, como espectadora que va al cine a gastarse los casi siete euros que cuesta ya una entrada (dónde quedan los tiempos en los que con 300 pesetas ibas al cine...) he salido con la satisfacción completa de invertir bien mi dinero. 
Si a una buena historia le sumamos una genial interpretación y espectaculares imágenes, tenemos una obra que no debería pasar desapercibida. 
La historia en sí gira en torno a la muerte, con un halo místico que resulta muy difícil hacer creíble en el mundo del cine. Peter Jackson no sólo consigue hacerlo creíble, sino que además y para contrastar con lo habitual, lo envuelve de bondad, eliminando la tradicional imagen de terror y pánico que suele provocar en los humanos la percepción de espíritu de una persona muerta. Durante las dos horas que dura la película, todos nos metemos de lleno en dos papeles: en el de Susie, viviendo en ese horizonte azul entre la tierra y el cielo, y en el de su padre, que la siente aún sin poder explicarlo. 
Otra cosa que debo señalar y aplaudir estrepitosamente a Jackson, es su burla sarcástica y magistralmente hecha al cine comercial recargado de tópicos y falto de originalidad que se obliga a producir hoy en día en Hollywood. Esas típicas escenas de película de suspense que todos captamos al vuelo cuando vemos un filme, y hacen que lo inesperado de la misma quede relegado únicamente a los sustos insustanciales y sin sentido que nos sacuden sin más motivo que el morbo (véase Day Breakers). Jackson las deja caer y las destruye al mismo tiempo, invitando al espectador a una que otra risita cómplice. Ejemplo de ello (SPOILERS) es la escena en la que la hermana de Susie entra a buscar pistas en la casa de su asesino y deja la puerta abierta mostrando que ha estado allí. Soberbio detalle, Jackson. En esa misma escena tenemos otro de esos topic-breakers. En una película de suspense, la víctima huída habría cogido la opción más estúpida y, obviamente, se habría visto atrapada por el asesino (la más repetida, subir las escaleras en vez de salir por la puerta). Lyndsey (la hermana de Susie) consigue escapar y acusar al asesino, aunque, y esto es otro topic-breaker, no a tiempo de evitar que escape y que haga desaparecer el cadáver de su hermana. Esto fue otra de las cosas que más me gustó de la película: el final. Todo el mundo espera (y realmente desea) que el asesino sea capturado y se encuentren los cuerpos de las víctimas, al menos el de Susie. Esto no sucede, y él jamás es encontrado. Pero algo más allá de la justicia o injusticia, quizá la espada que porta una dama con una venda tupida en los ojos, quizá el karma, o quizá sólo una curiosa casualidad, le llevan a un trágico final del que nadie sino el silencio de la soledad que él mismo ha socavado a su alrededor se hacen eco. 


La película no es sólo un compendio de buenas imágenes aderezadas con su historia, sino también una exhibición de la tecnología del cine y de todo lo que con ella se puede conseguir hoy en día. Prueba de ello son las espectaculares imágenes que nos muestran paisajes de ensueño que hasta ahora sólo los ilustradores más imaginativos y el invisible mundo de los sueños habían sabido mostrarnos.

Por último me queda destacar, además de la interpretación de Mark Wahlberg, quien ya ha sido nominado al Oscar por este papel, la de la protagonista indiscutible cuyo nombre curiosamente aparece el último en la lista del reparto de la web: Saoirse Ronan, la chica de nombre imposible que ya ha conquistado al menos mi corazón. No es la primera vez que la veo en el cine, de hecho ha trabajado ya con algunos de los mejores a pesar de su juventud. Tras verla en este papel, es fácil adivinar qué ven los directores en ella. He visto pocas caras, ya sea dentro o fuera de la pantalla, que tengan tanta luz en sus ojos como tiene esta chica. Un rostro diferente, fuera de los americanos estereotipos de belleza de portada a los que estamos habituados gracias a Hollywood, que dicha luz hace inménsamente bello y especial. Una belleza difícilmente de inimitar, original y única, que aún por encima parece ir acompañada de talento. Al menos en mi lista, será una actriz a tener en cuenta.
Magistral película que, para aquellos que como yo gustáis de que una película además de entreteneros os invite a pensar, os recomiendo.

Si quieres saber más, entra en la página oficial.

The Lovely Bones (Spanish)

The Lovely Bones (English)


PD: Gracias a quien sea que se encarga de traducir los títulos por NO TOCAR este.


Aprovecho para daros de nuevo la bienvenida al nuevo lavado de cara de La Última Parada, ahora y quizá temporalmente, mi sitio personal.

2 comentarios:

Alejandro Candela Rodríguez dijo...

Es Stanley Tucci quien está nominado, no Mark Wahlberg.

Natalia Corbillón dijo...

okis, gracias por la corrección =)